De cara al futuro

En el transcurso de los doce años pasados los padres han cuidado de su hijo, han sufrido durante sus enfermedades y lo han acariciado y confortado. Han conversado con él y lo han escuchado. Le han alabado por su buen comportamiento y le han castigado por sus travesuras. Han compartido con él secretos y sentimientos, buenos y malos tiempos. Están seguros de conocer por completo a su hijo. Luego —como de la noche a la mañana— el niño que hasta ahora aceptaba sin discusión las acciones y opiniones de sus padres empieza a desafiar sus palabras y hechos. Cambia de humor sin cesar. Primero planta cara y al instante siguiente obedece como un niño. Este comportamiento confunde y provoca de tal manera a sus padres que empiezan a dudar de su capacidad educativa. Pero no hay que desanimarse. El chico no tiene nada contra sus padres. Sucede que ahora ya es un adolescente, un “adulto joven”.

[et_custom_gallery source=»category: 4179″ limit=»100″ link=»post» width=»200″ height=»200″ title=»always»]

0 0 votos
Puntaje
Suscríbete
Notificación de
guest

0 Comentarios
Comentarios interlineados
Ver todos los comentarios
0
Me encantaría conocer tu opinión, por favor, comenta.x