El niño físicamente impedido

La mayoría de los niños físicamente impedidos o minusválidos que poseen una inteligencia normal tienen buenas probabilidades de llegar a disfrutar de una existencia útil y satisfactoria, aunque sea dentro de ciertos límites. Sin embargo es necesario que sus padres les quieran, los acepten y les ayuden a desarrollar la confianza en sí mismos, concentrándola más en lo que son capaces de hacer que en lo que no pueden hacer.
Muchos padres de niños impedidos se sienten abrumados por la responsabilidad de tener que cuidar a su hijo. Cuando los problemas se agudizan, muestran incluso un resentimiento hacia el niño. Algunos padres se sienten culpables. Otros, se avergüenzan del aspecto de su hijo y hacen que éste sienta que no es amado. Los sentimientos de culpabilidad y resentimiento pueden hacer que los padres traten al niño de un modo extremadamente perjudicial a su crecimiento y desarrollo.
Algunos padres tratan de proteger a su hijo impedido de cualquier situación que pueda herir sus sentimientos. El resultado de esta excesiva protección es que los padres hacen cosas para el niño que él mismo podría hacer. Este tratamiento puede convertir al niño en un ser dependiente y tímido.
Determinados padres llegan al extremo opuesto. Ignoran la incapacidad de su hijo y le exigen más allá de sus límites. Entonces, si el niño fracasa demasiado a menudo, es posible que se abstenga de intentar nada por temor a no tener éxito inmediato en su empeño.
El niño que siente que no es amado, a causa de la actitud de sus padres hacia él, además de físicamente impedido, puede llegar a ser un perturbado mental.

Causas de algunos defectos físicos
Los padres de niños impedidos deberían tener toda la información posible acerca del estado de sus hijos para saber así cómo tratar sus posibilidades y sus limitaciones.
Los defectos físicos pueden tener muchas causas e implicar cualquier parte del cuerpo. Un niño puede haber nacido con defectos que provienen de genes anormales traspasados a él por uno o ambos padres, en el momento de la concepción. Estos defectos hereditarios incluyen el labio o paladar hendido, trastornos cardíacos congénitos, imperfecciones en la columna vertebral y procesos óseos y articulares.
Un niño puede nacer con un defecto físico si durante el embarazo su madre ha tenido infecciones tales como la rubéola, ha abusado de las drogas o tuvo una toxemia (envenenamiento de la sangre) o intoxicación propia del embarazo.
Algunos defectos físicos provienen de un parto prematuro o de complicaciones durante el mismo. Estos partos anormales no siempre causan defectos, pero pueden provocar una parálisis cerebral, una epilepsia, trastornos visuales o del oído o un retraso mental.
Muchos de los niños que han nacido con uno o varios defectos físicos pueden llegar a desarrollar otras incapacidades. Por ejemplo, un niño con el labio y paladar hendidos, puede llegar a tener malformaciones en su dentición y sus orejas. Un niño con un defecto del oído puede llegar a tener problemas visuales. Del mismo modo, el niño con defectos visuales llega a veces a ser duro de oído.
Una infección, un accidente o la desnutrición pueden provocar una incapacidad física. La meningitis o la encefalitis, por ejemplo, son causa de lesiones cerebrales. Una lesión estrep- tocócica puede causar fiebre reumática o un corazón reumático. Un accidente es capaz de provocar la pérdida de un miembro o una parálisis. Las quemaduras pueden desfigurar el rostro y la insuficiencia de vitamina D puede fomentar el raquitismo.

Muchos niños físicamente impedidos pueden asistir a la escuela.

Tratamiento
Tanto los graves defectos congénitos como los impedimentos adquiridos requieren los servicios de un especialista experto en el tratamiento de
la imperfección. El médico de la familia o el pedíatra son quienes mejor pueden aconsejar qué clase de especialista es el adecuado para el tratamiento y continuo cuidado del niño.
La cojera y otros defectos óseos y articulares son tratados por un ortopedista. Los defectos faciales tales como el labio y el paladar hendido son tratados en cirugía plástica. Los defectos del cerebro y de la espina dorsal son tratados por un neurocirujano. La medicina física ayuda a habilitar a las personas con trastornos neuro- lógicos o musculares, incluye la terapéutica física, la ocupacional, los vendajes especiales y otros medios que mejoran los defectos sin recurrir a medicamentos o a la cirugía.

El niño impedido en su casa
El niño físicamente impedido tiene necesidades que van más allá de cualquier atención médica especial. Como cualquier niño normal, necesita una buena alimentación, la inmunización contra ciertas enfermedades y las visitas periódicas al médico de la familia y al pedíatra. El niño impedido necesita tanto cariño y atención como el normal, además de unos estímulos con nuevas experiencias.
El niño impedido, como el niño normal, debe tener responsabilidades y tareas en relación con su edad y posibilidades. Esto le hace sentir que es necesario y que se confía en él. Este tipo de niños también necesitan disciplina —ni más ni menos que la que necesitan todos los niños— para que aprendan los límites de una conducta socialmente aceptable. El niño impedido se siente más seguro si sabe que se espera de él que se comporte como un niño normal.
Es muy importante que los padres eviten apresurarse a efectuar lo que el niño sabe y puede hacer por sí mismo, pero no es perjudicial el facilitárselo. Por ejemplo, los padres pueden modificar la forma de la ropa de manera que el niño sea capaz de vestirse y desnudarse con la menor dificultad posible. También pueden acondicionar los muebles para que el niño no tenga problemas al andar por la casa.
Según la naturaleza del defecto físico, el niño puede necesitar cuidados especiales. Quizás sus padres tengan que aprender técnicas determinadas para poder desarrollar el tratamiento prescrito por el médico. En ocasiones quizás tengan que efectuar algunas reformas en la casa para acomodar una silla de ruedas u otro equipo especial. Los padres no deberían dudar en consultar al médico cuando surgen problemas respecto al tratamiento, ya que éste puede sugerir posibles soluciones para hacer viable la situación.

La educación del niño impedido
El tratamiento médico y la educación especial que se imparten durante la primera infancia ayudan a muchos niños físicamente impedidos a mitigar un defecto e incluso a superarlo completamente. Por ejemplo, la educación especial puede dar a un niño con parálisis cerebral la posibilidad de mejorar sus defectos en el habla. También proporciona a los niños impedidos la posibilidad de relacionarse con personas ajenas a la familia y de aprender a controlar sus reacciones.
Algunos niños físicamente impedidos pueden asistir a clases regulares en una escuela pública o privada. Determinadas escuelas públicas poseen aulas adaptadas a las necesidades de los
niños impedidos e incluso un profesorado especial. Algunas comunidades poseen un servicio de autobuses para los niños que para trasladarse necesitan sillas de ruedas, prótesis u otra ayuda.
Cuando un niño impedido no puede asistir a la escuela, ésta puede enviarle un profesor a su casa o proveerle de un equipo electrónico u otros sistemas de enseñanza. Las escuelas-residenciales aportan servicios médicos y educativos en aquellos casos en que los padres tienen dificultades en enfrentarse con el problema de su hijo en su propio hogar; y también son eficaces cuando las posibilidades locales son inadecuadas o inexistentes. Tales escuelas son similares a los pensionados en el hecho de que el niño puede ir a casa durante las vacaciones.

Ayuda para los padres
Muchas instituciones y grupos que tratan con niños impedidos tienen programas de educación que ayudan a los padres a enfrentarse con sus problemas y aclarar sus propias actitudes. Se dan conferencias para ayudar a los padres a comprender mejor la naturaleza y motivaciones de los defectos de sus hijos. Lo más importante quizás sea el hecho de que los padres comprenden que no están solos, ya que tienen una oportunidad para compartir sus experiencias con las de otros padres de niños físicamente impedidos.
Los programas de educación paterna son dirigidos por gente experta en los campos de la medicina y educación especial. Diálogos, conferencias, programas audiovisuales y visitas a las escuelas e instituciones para niños impedidos son actividades que dan información a los padres acerca del cqidado de la salud, disciplina y los ajustes físicos y psicológicos necesarios para tratar al niño físicamente impedido.
En las zonas donde tales grupos no existen, algunas instituciones poseen unidades móviles que aconsejan y orientan a los padres para hallar la solución a sus problemas.

Un niño como los otros
A medida que el tiempo pasa, los padres toman conciencia de que su hijo físicamente imposibilitado es, en muchos aspectos, un niño como todos los demás. También aprenden que hay otros niños con defectos parecidos a los del suyo y que éste necesita los mismos servicios educativos que los demás.

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