En tu propia casa puedes obtener grandes cristales. Pon agua caliente en un plato.
Añade una o dos cucharadas de sal y remueve hasta que la sal esté disuelta en el agua.
Pon el plato en un rincón soleado y déjalo allí uno o dos días hasta que toda el agua se haya evaporado. Entonces, coge el plato y en el fondo verás grandes cristales de sal de forma cúbica.
También podrás obtener cristales de sal, de aluminita o de potasa
—compra estos productos en una droguería—, si los disuelves dentro de un frasco con agua e introduces en el agua una cuerda que cuelgue desde el tapón.
Al cabo de un tiempo verás que en la cuerda se forman cristales de sal, aluminita o potasa.