En medio de un desierto de arena no se ve más que arena en todas direcciones.
En el desierto el sol da de lleno todo el día y calienta el suelo.
En el desierto el viento sopla sin que nada o casi nada lo detenga y arrastra arena y polvo a kilómetros y kilómetros de distancia.
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En el desierto no llueve casi nunca.
Por eso hay muy poca agua y pocos animales y plantas.
Pero hay trozos en el desierto que están llenos de vegetación.
Son los oasis, donde el agua brota de la tierra o se extrae de pozos profundos.
El agua hace que allí se puedan cultivar plantas.