Aunque parezca increíble, el carbón negro proviene de plantas verdes.
Hace millones de años, árboles de aspecto extraño
y gigantescos helechos cubrían la mayor parte de la tierra.
Al morir, cayeron al suelo y quedaron sepultados por el barro y por los demás árboles que iban cayendo.
Poco a poco, la capa de árboles muertos fue haciéndose mayor y pudriéndose hasta formar una masa húmeda y oscura llamada turba.
El agua, el barro y la arena que cubrían estas masas de turba ejercieron una enorme presión sobre ellas y las transformaron en carbón.
Una mina de carbón es una de estas masas de antiguos árboles.
Los mineros lo extraen de lo profundo de las galerías y se usa para producir calor y fuerza
en las fábricas y en las calderas de calefacción que calientan las casas, las escuelas y los hospitales.