Las espadañas crecen en los sitios pantanosos, en las orillas de los ríos y al lado de las zanjas llenas de agua. Sus flores se transforman en unas varas peludas y pardas que recuerdan el extremo de la cola de un gato.
Las raíces de las espadañas son comestibles. Los cosacos de Rusia y muchos ingleses las comen. En Inglaterra las llaman «espárragos cosacos».
Un manojo de espadañas era como una cesta de comida variada para los indios. Los indios comían pan de raíz de espadaña, sopa de flor de espadaña y tallos hervidos de espadaña.
La gente encontró muchas maneras de servirse de las espadañas. Secaban sus largas hojas y las trenzaban para hacer los asientos de las sillas. Hacían colchones con la pelusa algodonosa que se obtiene de sus varas. Y las usaban en la decoración, como muchas personas hacen todavía.
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