Hace cientos de millones de años el mundo era un lugar espantoso. Retumbaban los grandes volcanes. El cielo estaba lleno de una ceniza oscura. No había otra cosa que un enorme océano gris, y kilómetros y más kilómetros de paisaje rocoso y pelado. No había ni un solo ser vivo en ningún lugar de la superficie de la Tierra. ¡Ni un animal, ni una planta de ninguna clase!
Pero en los mares había millones de criaturas vivientes. Eran tan diminutas que no podrían haberse visto más que a través de un microscopio. Parecían gotas de gelatina repletas de burbujas.
Muchos de estos pequeños seres eran verdes. Eran plantas. Las primeras plantas del mundo
Hace mucho tiempo, la superficie de la tierra estaba vacía. Las plantas y los animales vivían en el agua. Parecían diminutas gotas de gelatina. |
Los fabricantes de aire
Todos los días soleados, las diminutas plantas verdes que vivían en el océano hace millones de años estaban atareadas. Elaboraban sus propios alimentos con ayuda de la luz solar, de la misma manera que las plantas verdes lo hacen todavía.
Mientras aquellas plantitas elaboraban su alimento, producían un gas llamado oxígeno. Cada pequeño soplo de oxígeno daba lugar a una burbuja en el agua. Las burbujas alcanzaban la superficie del agua y explotaban. Los soplos de gas iban ocupando el aire.
Durante millones de años, miles de millones de plantas diminutas producían pequeñas cantidades de oxígeno. Por fin, el aire de todo el mundo se llenó de oxígeno.
La única razón por la que respiramos aire es porque necesitamos el oxígeno que contiene. Nuestros cuerpos necesitan oxígeno. Sin él, moriríamos. Sin el oxígeno del aire, todas las plantas y animales que viven sobre la superficie de la Tierra morirían.
Si no hubieran existido plantas que dieran oxígeno al aire hace millones de años, probablemente no habría seres vivos en la superficie terrestre.
Plantas como las de este dibujo fabricaron el oxígeno que permitió vivir fuera del agua. |