En el interior de una hoja hay millones de pequeños paquetes de colores —amarillo, naranja y verde—, que tienen nombres especiales. El amarillo se Uama xantofila, el naranja es el caroteno, o carotina, y el verde es la clorofila. El color verde enmascara a los demás; por esto las hojas son verdes en verano.
El agua llega a la hoja por unos tubos que hay en su tallo. Pero hacia finales del verano se forma una pequeña capa de corcho en esos tubos y los cierra. El agua ya no puede llegar a la hoja.
Y, sin agua, la verde clorofila termina por desaparecer. Entonces se ve la xantofila, amarilla, y el caroteno, anaranjado. Esta es la razón de que muchas hojas se vuelvan amarillas y anaranjadas en otoño.
Durante todo el verano las hojas elaboraron azúcar, que es el alimento de la planta. Pero, a veces, el azúcar queda atrapado en las hojas cuando los tubos se cierran. Entonces, el azúcar puede hacer que la savia se vuelva de color rojo o púrpura. Por esto, a veces las hojas son rojas o de color púrpura.
Cuando las hojas se secan y mueren, se vuelven pardas.
Cloroplastos en verano | Cloroplastos en otoño |
En el interior de cada una de las células de una hoja hay pequeños «paquetes» llamados cloroplastos. Están llenos de colores. En verano, el color verde enmascara a los demás. | En otoño, el color verde de los cloroplastos va desapareciendo lentamente. Entonces puedes ver los demás colores. Esta es la razón de que las hojas cambien de color en otoño. |