El invierno transcurre lentamente. El sol empieza a brillar un poco más cada día. El aire ya es un poco más caliente. La nieve empieza a derretirse y a filtrarse en el suelo. La tierra se calienta, se humedece y se ablanda. Esto es todo lo que las plantas estaban esperando.
El agua penetra en las semillas. Sus duras cubiertas se hacen blandas. Gracias al agua, las plantitas diminutas y las reservas de alimento que guardan las semillas se van hinchando. Las plantas salen de las semillas. Una pequeña raíz penetra en la tierra y un tallito con una o dos hojas se dirige hacia arriba.
Los brotes y las raíces dormidas de las plantas mayores empiezan a moverse. Otra vez hay agua en el suelo para que ellas puedan beber.
Las plantas no son las únicas cosas que empiezan a moverse. También ahora se están despertando muchos de los animales que dormían.