Remolacha de azúcar amontonada en la fábrica
El azúcar se extrae de unas cañas macizas que crecen en los países cálidos y de unas remolachas especiales que se cultivan en países de clima templado. La obtención del azúcar a partir de estos dos elementos se basa en el mismo procedimiento: se trata de extraer el jugo dulce que hay en las cañas y en las remolachas.
Primero se lavan bien unas y otras y se cortan en trozos pequeños las cañas y en finas rodajas las remolachas. Después, los trozos de caña se trituran en molinos apropiados, mientras que las rodajas de remolacha se meten en unos grandes depósitos, llamados difusores, donde se calientan. De los molinos y difusores sale un jugo dulce y oscuro que es toda la sustancia que contenían las cañas y las remolachas. Este jugo se purifica mezclándolo con cal y con ciertos productos químicos. El resultado de esta purificación es un jarabe espeso y claro que, al perder por evaporación el agua que contiene, queda convertido en pequeños cristalitos sólidos que, convenientemente refinados y molidos, son el azúcar que empleas.
El azúcar no es sólo un placer para el sentido del gusto, sino que constituye un alimento que proporciona a las personas mucha energía y se emplea también en la fabricación de conservas, de medicinas, de plásticos, de material fotográfico y de muchas otras cosas.
Arriba y abajo, escenas de la recolección de la caña de azúcar