| Parte del aire que respiramos es un gas que llamamos oxígeno. Sin éste, no podríamos vivir. Cuanto más alto subimos en la atmósfera, menos oxígeno hay en el aire. Por esto, los que trabajan a gran altura necesitan una mayor cantidad de oxígeno. Se la procuran con una mascarilla que va conectada a un tanque lleno de ese gas. Respirando a través del tubo de la mascarilla, se obtiene el oxígeno preciso. Los pilotos de los aviones a reacción vuelan a muchos kilómetros de altura. Usan mascarillas de oxígeno como la descrita. A veces, las personas que trabajan en tierra necesitan también algo que les proporcione oxígeno. Por ejemplo, cuando en un edificio en llamas una persona corre el riesgo de morir asfixiada por el humo, los bomberos la hacen respirar con una mascarilla de oxígeno. Cuando una persona se encuentra mal de repente o está herida y respira con dificultad, los policías o enfermeros la socorren con una mascarilla de oxígeno. En los grandes reactores, las azafatas enseñan a los viajeros a utilizar las mascarillas de oxígeno. Los pasajeros saben así lo que deben hacer cuando necesitan oxígeno en caso de emergencia. Incluso los escaladores, como sir Edmund Hillary, que escaló la más alta montaña del mundo, llevan también mascarillas de oxígeno. |
Mascarilla para respirar
