Si me miro al espejo, yo puedo ver que las dos mitades de mi cara no son iguales.
Una de mis cejas es más recta que la otra. Tengo una oreja más alta que la otra. Los dos extremos de mi boca no coinciden. Uno de mis ojos es un poco más grande que el otro. Y por mucho que me peine, un lado de mi pelo se levanta más que el otro.
Las otras partes de mi cuerpo tampoco son exactamente iguales. Mi mano derecha es más grande que la izquierda. Mi madre dice que su mano izquierda es más grande que su mano derecha.
Cuando estreno zapatos, siempre hay un pie que me aprieta más que el otro. El vendedor de la zapatería me dijo que casi todas las personas tienen un pie más grande que el otro.
Una de mis piernas es un poco más larga que la otra. Y uno de mis brazos también es algo más largo que el otro. Yo sé todas estas cosas porque me las explicó el médico.
En una palabra, si fuera posible dividirme por la mitad, mi mitad derecha no sería igual que mi mitad izquierda.
Yo no soy igual que ninguna otra persona.
Incluso mis dos mitades no son exactamente iguales.