Una carta es como un hada
o como un duende, un papel, casi nada,
que habla por mí
y se lleva mi voz lejos de aquí
y va donde yo quiero.
Pasa ríos: el Ebro, el río de la Plata, el Duero,
atraviesa mares, cruza montañas, baja a la mina,
vuela, corre, navega, camina;
y cuando llega no está nada cansada
como si la hubiese llevado en sus alas un hada.
Ricardo E. Pose