¡Imagínate lo que sería llevar un abrigo de pieles en verano, o un traje de baño cuando nieva en invierno!
En el primer caso, tendrías mucho calor. En el otro, mucho frío. En cualquier caso, la gente se reiría de ti.
Con sólo ver la tela, ya puedes decir que un abrigo de pieles no está hecho para llevarlo en verano y que un traje de baño no sirve para el invierno.
En estas páginas se ven distintos vestidos, hechos con telas diferentes.
Trata de averiguar qué vestidos son para el invierno y cuáles para el verano.