Eccema
Es una erupción provocada a menudo por una alergia a algún alimento, medicamento u otra sustancia irritante. Determinadas zonas de la piel se vuelven rojas y producen un picor persistente. A menudo éste es tan intenso que el niño se rasca hasta hacerse sangre. El rascado produce rasguños de los que exuda un líquido incoloro. La piel se toma más gruesa, áspera, seca y con escamas. En un lactante, la erupción aparece sobre todo en las mejillas, en los pliegues del cuello, brazos y en las piernas. En un niño un poco mayor, toma otra configuración, como pueden ser unas zonas engrosadas crónicamente por detrás de las rodillas, parte anterior del codo o en los pliegues del cuello. En los casos graves puede extenderse por todo el cuerpo. Si hay síntomas de que el niño tiene eccema, se consultará al médico.
La causa de la eccema es difícil de determinar. El médico puede sugerir eliminar ciertos alimentos de la dieta del niño, para comprobar si hay alguno de ellos que la provoque. En los casos más graves, quizá sea necesario llevar a cabo unas pruebas cutáneas para determinar a qué sustancia es alérgico el niño. Si se logra encontrarla, se tratará de eliminarla, ya sea de la dieta o de los alrededores del niño.
La eccema empieza generalmente muy pronto y aparece en niños con una historia familiar de alergia. En muchos casos se cura a los 18 ó 24 meses de edad, pero puede persistir hasta la adolescencia e incluso hasta la edad adulta. La piel cura muchas veces sin dejar cicatrices; no obstante, algunos niños con eccema pueden desarrollar una pigmentación anormal, que se hace más patente al tomar el sol.
Hay ocasiones en que el niño con eccema, al crecer puede adquirir fiebre del heno, asma o alergia respiratoria.
Si un niño tiene eccema y se siguen las siguientes precauciones, se disminuirán las molestias causadas por la erupción.
■ No dejar que la piel del niño esté en contacto con lana o fibras sintéticas. Es preferible el algodón.
■ Evitar las ropas que provocan sudoración.
■ Evitar jabones irritantes, detergentes y baños excesivos.
■ Mantener muy cortas las uñas del niño, para evitar que se lesione al rascarse.
■ Los antihistamínicos y otros medicamentos mejoran el picor, pero sólo deben utilizarse bajo prescripción del médico.
■ Si la piel está muy roja y exuda líquido, las compresas húmedas aliviarán la inflamación y el escozor. El médico quizá le recetará lociones o unturas para ayudar.
■ Mantener vestido al niño, ya que de lo contrario, el rascado es más violento.
■ Mantener ocupado al niño, a fin de distraerle del picor.
Los cambios de la piel provocados por la eccema la hacen más susceptible a las infecciones. Un niño con eccema no debe ser vacunado contra la viruela porque el virus puede extenderse y ponerle gravemente enfermo; incluso se debe evitar el contacto con cualquier persona que haya sido vacunada recientemente.
Véase también Alergia; Picor o Prurito
Electroencefalografía
Se llama así al procedimiento que registra las ondas eléctricas cerebrales.
Un instrumento llamado electroencefalógrafo capta los impulsos eléctricos que emite la corteza cerebral (capa fina de células nerviosas que recubre la mayor parte del cerebro). Los impulsos son recogidos y conducidos por unos pequeños cables colocados en la cabeza y fijados por medio de esparadrapo o clips, reflejándose en una gráfica obtenida sobre papel que tiene la forma de una serie de líneas con ondas paralelas. No es necesario cortar el pelo del niño para efectuar esta prueba, que no produce ningún dolor y es de gran valor para el diagnóstico.
Si el niño es epiléptico, tiene un tumor cerebral, una encefalitis, una intoxicación ocasionada por alguna sustancia o una enfermedad degenerativa del cerebro, el trazado será anormal. En otros casos, el trazado anormal indica sólo de una manera genérica que existe una destrucción o un deterioro de la sustancia cerebral pero no explica concretamente la causa que la provoca.
Eméticos
Son medicamentos que provocan el vómito. Pueden estar indicados en ciertos tipos de intoxicaciones, pero teniendo en cuenta siempre que no se debe provocar nunca el vómito si el niño se halla dormido, inconsciente, semi- inconsciente o tiene convulsiones; tampoco si tomó una sustancia corrosiva o un producto derivado del petróleo.
El vómito es más efectivo si antes de que ocurra el niño bebe algún líquido. El mejor emético es el jarabe de ipecacuana. Si no se tiene a mano este jarabe, se pondrán tres cucharaditas de sal en un vaso de agua caliente o tibia, se pondrán los dedos en la boca del niño, hasta tocar la úvula o campanilla y por un mecanismo reflejo se producirá el vómito.
Cuando por cualquier causa sea preciso provocar el vómito en el niño, se colocará la cabeza de éste en posición baja, de modo que quede a nivel de las caderas; de este modo el vómito sale hacia fuera y no queda en la garganta del niño con el consiguiente peligro de ahogo.
Véase también Venenos y envenenamiento
Encefalitis
Es una inflamación del cerebro que altera su funcionamiento normal. El niño se siente soñoliento y duerme. Otros síntomas incluyen el dolor de cabeza, la fiebre, la parálisis, las convulsiones y los temblores. Se debe avisar al médico cuando se advierta uno de estos síntomas.
La encefalitis es causada por virus de varios tipos, que son transmitidos por los mosquitos y otros insectos. A veces acompaña a infecciones tales como las paperas, el sarampión o la gripe. Las medidas preventivas incluyen la eliminación de los insectos y la vacunación contra los virus específicos que la causan.
Cuidar de un niño que tiene encefalitis es extremadamente difícil, especialmente cuando está aletargado. Hay que alimentarlo artificialmente por medio de un tubo que le llega al estómago (introducido por la nariz). Actualmente todavía no se conoce ningún medio para curar la encefalitis, aunque existen algunos casos de recuperación.
Enema
El líquido introducido a través del recto, con el fin de vaciar el contenido intestinal, es una enema. El líquido permanece cierto tiempo dentro del intestino y al ser eliminado, arrastra consigo las heces. Las enemas se administran generalmente antes de una operación quirúrgica.
No se deben utilizar sin prescripción médica y es mejor tratar el estreñimiento con una dieta especial y mucho ejercicio físico, ya que el uso regular de enemas puede tener efectos desagradables, como los siguientes:
■ Convertir un caso de estreñimiento leve en uno grave, ya que tiende a destruir el tono muscular del intestino.
■ Asustar al niño.
■ Fijar demasiado en su ano la atención del niño.
Véase también Estreñimiento
Enfermedades contagiosas.
La mayoría de las enfermedades contagiosas de la infancia comienzan de la misma manera. El niño se levanta encontrándose mal, vuelve de la escuela quejándose de dolor o bien se halla irritable. En este momento, todavía no se sabe qué es lo que los síntomas significan y puede ser un
simple catarro, pero en todo caso lo que se debe hacer es lo siguiente:
■ Poner al niño en la cama y en una habitación que esté solo.
■ Tomarle la temperatura.
■ Observar si hay alguna erupción.
■ Llamar al médico.
No es exagerado el seguir estas instrucciones, ya que el niño puede realmente no tener más que un resfriado, pero si la enfermedad resulta ser contagiosa, cuanto antes se aislé al niño, tanto mejor para los demás miembros de la familia, especialmente si hay otros niños o parientes ancianos y asimismo, si se siguen lo antes posible, el médico tendrá mayores posibilidades de saber de qué se trata y atajar la enfermedad desde los primeros síntomas.
La tabla de las páginas 202 y 203 aporta información acerca del período de incubación, los síntomas más comunes, el período de aislamiento y las medidas preventivas de nueve enfermedades contagiosas. La lista es alfabética, con los términos médicos de la enfermedad entre paréntesis. Cada una de las enfermedades es expuesta de forma más completa en la Guía Médica.
“Período de incubación” significa el tiempo que media entre la exposición o contacto hasta que comienzan. los primeros síntomas. Es el tiempo que requieren los virus o bacterias, una vez en el organismo de una persona susceptible, para crear y reproducirse por sí mismos en cantidad suficiente para producir la enfermedad.
Los síntomas son los signos que ponen en alerta a los padres y hacen que éstos llamen al médico, quien es el que debe formular el diagnóstico y el tratamiento.
El aislamiento del niño que tiene la enfermedad es necesario en todas las de tipo contagioso. También es recomendable la cuarentena en el niño que ha estado expuesto a ciertas enfermedades.
Véase también Erupciones; Fiebre; Inmunización; Virus
Enuresis
Es la incontinencia de orina después de los cuatro años. Casi siempre ocurre por la noche, pero a veces se da durante el día. Si un niño se halla en este caso, se consultará con el médico. .
Algunos casos de enuresis son producidos por un defecto del conducto urinario o una infección crónica. El niño puede quejarse de dolores al orinar, de dificultades al empezar o dejar de hacerlo y de micciones demasiado frecuentes. Al mismo tiempo la orina es en ocasiones excesivamente incolora.
En ciertos casos el problema es de índole emocional, especialmente si el niño ha sido entrenado cuidadosamente para no mojarse, durante meses y años. Generalmente se trata de dificultades en sus relaciones con los demás, con los padres en particular, pero también con sus profesores, hermanos o compañeros de juego. Una de las causas más corrientes de enuresis es el nacimiento de un hermanito.
No se le debe atormentar, castigar, ridiculizar ni rogarle con insistencia que procure evitarlo. Lo único que se conseguiría sería aumentar su angustia y empeorar su capacidad de retención. No lo está haciendo deliberadamente y además sufre por ello. La mejor manera de ayudarle es averiguar si tiene problemas. ¿Está en una clase superior a la que le corresponde? ¿Estudia demasiado, intentando ponerse al nivel de sus compañeros? Puede creerse incapaz de mantener relaciones sociales normales con sus compañeros, tanto en el colegio como en el vecindario. Se debe procurar que se sienta seguro de sí mismo. Quizá sólo necesita un poco más de cariño, comprensión y tiempo por parte de los padres. Cuando disminuyan sus inquietudes y zozobras, el problema se solucionará por sí solo.
Muchos niños que padecen enuresis no tienen ningún defecto en el conducto urinario y tampoco ningún tipo de problema. Con frecuencia se trata de niños con el sueño muy profundo, que no se despiertan con la sensación de plenitud de la vejiga. Durante el día estos niños sienten necesidad urgente de orinar y lo hacen a menudo.
Véase también Trastornos urinarios
Enfermedades contagiosas
Enfermedad | Período de incubación | Síntomas | Período de aislamiento del niño infectado | Período de aislamiento del niño expuesto | Medidas preventivas |
Difteria | De 1 a 10 días (promedio de 2 a 6 días) | Dolor de garganta muy importante, placas de color amarillo-grisáceo en las amígdalas, garganta o paladar. La respiración puede volverse dificultosa. | Hasta que el médico haya efectuado tres cultivos negativos, consecutivos, uno cada 24 horas. | En cuarentena durante 7 días y hasta haber obtenido dos cultivos consecutivos negativos, cada 24 horas. | Inyección de toxoide diftérico (generalmente se comenzó al administrar la vacuna DTP en la infancia). Una vez pasada la enfermedad, queda inmunidad. |
Escarlatina | De 2 a 5 días | Comienza de forma repentina, con dolor de cabeza, escalofríos, fiebre, dolor de garganta y vómitos. Aumenta el tamaño de los ganglios linfáticos del cuello, que se hacen dolorosos. La lengua al principio sucia, saburral, se vuelve áspera y enrojece. La erupción aparece aproximadamente a los 3 días del primer síntoma. | Durante 7 días o más, si el doctor lo indica. | Ninguno. Pero es necesario hacer cultivos de garganta. | Ninguna. Una vez pasada la enfermedad, queda inmunidad. |
Paperas (peratiditis infecciosa) | De 14 a 21 días (promedio de 18 días) | Hinchazón y dolor de una o más glándulas salivales. Dificultad al masticar y tragar. | Aislamiento hasta la desaparición de la hinchazón, de 7 a 10 días. | No. | Vacuna de la parotiditis. Una vez pasada la enfermedad en uno o ambos lados, queda inmunidad. |
Poliomielitis (parálisis infantil) | De 7 a 21 días (generalmente de 10 a 12 días) | Fiebre, dolor en la nuca, dolor de cabeza, espasmos musculares, envaramiento de nuca y de espalda. Los síntomas comienzan de forma repentina o gradualmente. | Durante 7 días después del comienzo o durante toda la fase febril. | Generalmente ninguno. | Vacuna oral de la polio, que debe ser administrada en los primeros años de vida. |
Rubéola | De 14 a 21 días (promedio de 17 días). | Dolor de cabeza y garganta. Erupción en la cara y cabeza que se extiende al tronco y cuello. Fiebre moderada durante la erupción, que dura de 2 a 3 días. Aumenta el tamaño de los ganglios de la nuca y los retroauriculares. | Desde los primeros síntomas hasta 5 días después de la erupción. | No. | Vacunación. Una vez pasada la enfermedad queda inmunidad. |
Sarampión | Fiebre 10 días después de la exposición. Erupción 14 días después de la exposición. | Simulan un resfriado, aumento de la secreción nasal, lagrimeo, tos. Puntos blancos en la boca, parte lateral y encías. La erupción comienza en la frente y va descendiendo. | Desde el primer síntoma hasta 5 días después de la erupción. | En cuarentena durante 7 a 14 días aunque no sirve en caso de epidemia. | Vacunación de todos los niños susceptibles. En casos especiales, para lograr una inmunidad temporal, gamma globulina. Una vez pasada la enfermedad queda inmunidad |
Tos ferina (pertussis) | De 5 a 21 días (promedio de 10 días). | Aumento de las secreciones nasales y de la garganta. Ataques de tos, que son peores por la noche. Fiebre moderada. En dos semanas aparecen los accesos de tos en formas de quintas, que terminan en un silbido o estridor. A veces después del acceso hay vómito. | Durante 4 semanas después del comienzo, ó 3 semanas después de la aparición de la tos. | Cuarentena durante 14 días después de la exposición. | Vacunas (generalmente se comienzan al ser administrada la DTP). Es importante la vacunación temprana. Una vez pasada la enfermedad generalmente queda inmunidad. |
Varicela | De 14 a 21 días. | Fiebre moderada, dolor de estómago, dolor de cabeza, erupción de vesículas pequeñas que aparecen de forma rápida. Las ampollas o vesículas forman costra en.uno o tres días. | Aislamiento durante 6 días a partir de la aparición de la erupción. | No. | Ninguna. Una vez pasada la enfermedad, generalmente queda inmunidad. |
Viruela | De 10 a 14 días. (Generalmente 12 días). | Comienza de forma repentina con fiebre, escalofríos, vómitos, dolor de cabeza, intenso, y dolor de espalda. Aparición de manchas rojas que se convierten en vesículas llenas de pus. Cicatrización en 10 a 12 días. | En los casos confirmados, hasta que desaparecen las costras. En los sospechosos, | Revacunado. En observación durante 16 días desde la fecha de la exposición. | Vacunación en la infancia. Revacunaciones periódicas. |