Problemas habituales

Mimos

Demostrar cariño y amor no es mimar a un niño. Aprende a sentirse seguro y empieza una relación afectuosa con sus padres. La creencia de que es muy sano llorar, aun sin motivo, no tiene ningún fundamento.
Es perfectamente natural que el niño sea el centro de atención de toda la familia. Durante sus dos primeros años de vida depende totalmente de sus padres. Hay que sostenerlo, vestirlo, alimentarlo, bañarlo y cambiarlo. Al ir creciendo esta dependencia física cesa y los padres al comprenderlo dejan que poco a poco el niño se vaya independizando. A los nueve meses va sentado en un caminador pero de los 18 meses en adelante ya no lo quiere. Este proceso se repite con la comida, el baño y la hora de vestirlo.
Los padres que miman a sus hijos se sienten menos inclinados a cesar en sus funciones y aunque el niño esté preparado para hacer las cosas por sí mismo, no se lo permiten.

Normas

Imponer normas significa guiar y todos los niños necesitan ser guiados. La responsabilidad de los padres es establecer unos límites que sean razonables. Muchas veces el niño se niega a hacer una cosa únicamente para probar si sus padres son consecuentes con los límites que le han marcado.
Ciertas delimitaciones son obvias. Por ejemplo, no se le permitirá gatear ni an olo por la calle. Ni golpear cristales ni o acerque a un horno caliente. Estos son los límites que le protegen de un posible peligro.
Hay otras normas que son menos fáciles de implantar, pero que tienen la misma importancia. Una buena medida es la de fijar una hora para ir a la cama, teniendo en cuenta que no sea demasiado pronto, cuando quizá el niño aún tiene ganas de jugar y retozar, pero sin permitir que llegue a sentirse cansado e irritable. Tampoco se debe ser excesivamente rígido en el horario. Si el niño después de comer ha dormido más de lo habitual, por la noche no tendrá tanto sueño.

Necesidades corporales

La mayoría de los padres desean saber cuándo es conveniente educar a los niños para que controlen sus necesidades. Tienen un deseo natural de quitarles los pañales. Sin embargo los intentos prematuros son inútiles y dañinos. Enfrentan al niño con los padres con las consiguientes ansiedades y frustraciones mutuas.
En general se aconseja esperar a que el niño ande para empezar. Esto ocurre después de los 18 meses. Generalmente los niños dominan antes el control de los intestinos que el de la vejiga. También es más fácil conseguir este control durante el día que durante la noche. Las niñas lo consiguen antes por norma general. Pero en esto también cada niño reacciona de manera diferente.
Este tema se desarrolla más ampliamente en: Primeros pasos: de los 18 meses de los 3 años.

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