recopilado por George Webbe Dasent
Un día de invierno, el oso se encontró con la zorra, la cual corría furtivamente con unos peces que había robado.
—¡Eh, párate un momento! ¿Dónde has conseguido estos peces? —preguntó el oso.
—He ido a pescar y los he cogido -contestó la zorra.
El oso quiso saber cómo se pescaba y pidió a la zorra que le enseñara.
-¡Oh, es muy fácil! -le dijo la zorra—. Se aprende muy pronto. Sólo tienes que andar por encima del hielo y hacer un agujero en él, pasar la cola por allí y aguantar de este modo tanto como puedas. No te preocupes si te duele un poco: son los peces que muerden tu cola. Cuanto más rato la tengas puesta, más peces conseguirás; luego, de repente, la sacas dando un tirón fuerte, muy fuerte.
El oso hizo lo que le había dicho la zorra y, aunque sintió frío en la cola y le doliera muchísimo, la tuvo un rato largo, muy largo, en el agujero, hasta que se le congeló; sin embargo no se dio cuenta.
Después, dando un fuerte tirón, la sacó, pero se le partió. Y ésta es la razón por la que, desde aquel día, el oso tiene la cola corta y gruesa.
Wow