Cuando se desencadena un huracán es imposible pararlo. Pero en los países donde los huracanes son frecuentes, como en la América Central y Septentrional, hay un servicio meteorológico que estudia la formación de huracanes y avisa a la población cuando aquéllos van a llegar.
El Servicio Meteorológico recoge datos sobre la temperatura, la presión y el grado de humedad del aire comunicándose con observatorios de tierra y con barcos en alta mar. También analiza las fotografías de las nubes enviadas por satélites meteorológicos.
Cuando de todos estos datos se deduce que se está formando un huracán, despegan unos aviones, llamados cazadores de huracanes, para observar de cerca dónde se forman. Allí calculan la fuerza que tendrá el viento, lo que durará y en qué dirección se desplazará. Por fin, el Servicio Meteorológico comunica a la población las características del huracán y da los oportunos consejos para que todos estén bien preparados.
