Imagínate un gran río que avanza lentamente, como una tortuga,
desde la cima de una montaña hasta el pie de la misma.
Estos ríos existen pero no son ríos de agua, como los que tú conoces,
sino ríos de hielo que se llaman glaciares.
Los glaciares son masas de nieve comprimida y prensada que avanzan centímetro a centímetro por las laderas de las montañas, arrastrando rocas y maleza y formando profundos valles.
Cuando cae nieve en la cumbre de una montaña,
su peso hace presión sobre la nieve y el hielo que ya había,
cuya masa se desplaza hacia abajo como un trozo de mantequilla
presionada entre dos trozos de pan.