Las inundaciones se originan cuando las lluvias torrenciales o las aguas provenientes de hielo y nieve derretidos hacen que el caudal de un río aumente demasiado y no quepa en su cauce.
El agua se sale del lecho del río, arrastra la tierra, cubre campos y carreteras e inunda las ciudades cercanas llenando sótanos y ensuciando puertas.
El desbordamiento de un río termina cuando deja de llover, o cuando la nieve acaba de fundirse. Entonces, parte del agua es absorbida por la tierra y el resto vuelve a su sitio, al cauce del río.