Por encima de las nubes, a unos 10 kilómetros de altura sobre el nivel del mar, se forma a veces una corriente de aire que, como un río invisible, atraviesa el espacio a velocidades vertiginosas.
Estos ríos de aire, de extensión y velocidad variables, se llaman corrientes en chorro.
Si un avión viaja en la misma dirección que la corriente y se mete en ella, hace el viaje mucho más rápidamente de lo previsto.
Pero si un piloto pretendiera volar en dirección opuesta a la corriente, su avión avanzaría muy despacio y gastaría inútilmente el combustible.