Ciertos animales cazan en cualquier parte y duermen donde los sorprende la noche. Otros animales siempre duermen y cazan en el mismo lugar. Este lugar es su dominio.
El dominio de una libélula es un espacio del tamaño de una habitación. El dominio de un búho puede ser un prado o parte de un bosque. El dominio de una familia de monos es un grupo de árboles de una selva. Incluso cierta clase de peces tienen su dominio del que nunca se van.
La mayoría de animales guardan su dominio. Muchos de ellos incluso señalan sus límites de una manera clara. Ciervos, osos y otros animales salvajes se frotan contra los árboles del límite de su territorio y dejan un olor que advierte a los demás animales que aquello es propiedad particular. El glotón incluso marca con su olor la comida que hay en su territorio. El canto de muchos pájaros es una forma de decir a los otros pájaros que aquello es su dominio.
Si demasiados animales de la misma especie viven en el mismo territorio, es posible que no haya suficiente comida para todos. Por esto, muchos animales tratan de alejar a sus semejantes de su territorio. Algunos ni siquiera permiten que sus crías permanezcan en sus dominios.
A los animales no parece importarles que animales de distinta especie habiten en su mismo territorio. Pero si un animal de su especie trata de instalarse en sus dominios, luchan para impedírselo.
El burlón defiende su dominio atacando al búho que se ha instalado en su territorio.
Golpeándole con su duro pico, el burlón hace saber al sorprendido búho que es mejor que se aleje de su territorio.
Burlón y búho de Virginia |