Durante el verano, todas las plantas trabajan para vivir y para dar lugar a otras nuevas vidas. Sus raíces recogen agua. Sus hojas elaboran alimentos. Sus flores producen semillas.
Cuando las semillas crecen, los pétalos de la flor se marchitan y caen. Muy pronto, de la flor no quedará más que un pequeño abultamiento en el que las semillas se van desarrollando.
A medida que transcurren los días cálidos, estos abultamientos cambian. Y lo hacen de distinta manera según la clase de planta. Se transforman en bayas, en nueces o en otros tipos de frutos.
Estas semillas se irán de viaje. Algunas flotarán en el aire. Otras, provistas de púas, se pegarán en el pelo de los animales. Algunas llegarán a lugares lejanos, transportadas por los pájaros y demás animales que comieron los frutos que albergaban las semillas. En cada una de éstas, una pequeña planta espera la llegada de la primavera para empezar a vivir.
Cuando las plantas producen semillas, los animales tienen suerte. Muchas semillas —bayas, vainas y frutos-son un excelente manjar. Los animales, que han estado durmiendo todo el invierno, se recuperarán ahora de su largo sueño. Otros llenarán sus casas subterráneas de alimentos para el invierno.
felicidades por el esfuerzo, recuerdo esta enciclopedia, como uno de los mejores amigos y que nos ayudaba junto a mis hermanos a realizar diversas actividades
Es con mucho gusto Julián, un abrazo!