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No se cortan palillos de los árboles, pero hay que cortar árboles para fabricar palillos.
Los fabricantes de palillos cortan árboles de abedul, cuya madera es fuerte y blanca y no tiene mal sabor, que es lo que ocurre con otras maderas.
Se sumergen grandes troncos de abedul en agua hirviendo o en vapor, para empapar la corteza y reblandecer la madera.
Una máquina corta los grandes troncos y forma los palillos. Otra máquina afila los extremos de cada uno de ellos. Después, se introducen en un horno para secarlos.
Cuando se han secado los palillos, van a parar a un barril lleno de cal que oscila hacia delante y hacia atrás. La cal suaviza y blanquea los palillos. Otra máquina los cuenta y los distribuye en cajitas.
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