¿Qué harías con un montón de pieles de vaca, una pila de orejas de muía, una tina de pezuñas de caballo, un cesto de cabezas de pescado y un barril lleno de huesos de diversos animales? Probablemente lo echarías todo a la basura. Pero un fabricante de cola guardaría esos desechos y te pediría más, porque de ellos precisamente se sirve para preparar la cola. Los fabricantes de cola echan todas las pieles y huesos en grandes calderas para que hiervan. Conforme se van calentando, empiezan a burbujear y finalmente se convierten en un líquido. Este líquido es la cola. Los operarios la escurren y la hacen hervir otra vez para que se haga más espesa. Después, la hacen pasar por un filtro, que la libera de impurezas, y la introducen en latas o frascos para venderla al público. | |
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