Durante miles de años, la temperatura se calculaba por medio del tacto. Para comprobar el calor de un homo, los cocineros metían la mano en él. Cuando hacía frío, la gente se abrigaba más.
Hace mucho, mucho tiempo, los aborígenes de Australia se acurrucaban junto a sus perros si hacía frío por la noche. Según cuenta la historia, que puede o no ser verdad, esas gentes “calculaban” la temperatura por el número de perros que necesitaban para estar calientes. Las “noches de un perro” eran fresquitas. Las “noches de tres perros” eran, naturalmente, mucho más frías.
Hasta la invención del termómetro no había manera de medir la temperatura. Esto ocurrió
hace unos cuatrocientos años. Y sólo hace unos 260 años que un alemán llamado Fahrenheit construyó el tipo de termómetro que usamos actualmente. La palabra termómetro significa “medida del calor”.
El termómetro de Fahrenheit era un tubo de vidrio cerrado, acabado en forma de bulbo por un extremo. El bulbo estaba lleno de mercurio.
El mercurio, al calentarse, ascendía por el tubo, y al enfriarse volvía a bajar.
Para medir la temperatura, Fahrenheit necesitaba una escala o serie de marcas en el tubo de cristal. Metió el termómetro en una mezcla de hielo y sal, y el mercurio bajó casi completamente al fondo del tubo. Fahrenheit hizo una marca en el sitio donde llegaba el mercurio. A este punto lo denominó cero grados o 0o.
Ahora necesitaba un punto alto. En algunas otras escalas de temperatura, el calor del cuerpo humano se marcaba en el 12. Pero Fahrenheit había desarrollado un termómetro muy exacto, y una escala del 0 al 12 no era suficiente. Así que multiplicó 12 por 8 y puso su punto alto en el 96.
Utilizando esta escala descubrió que el punto en que el agua se helaba eran los 32 grados. Ampliando la escala hacia arriba descubrió que el punto de ebullición del agua eran los 212 grados.
Hoy día, en casi todo el mundo se usa un termómetro que tiene una escala diferente. Esta escala, que forma parte del sistema métrico, se llama escala de Celsius, nombre del astrónomo sueco que la desarrolló. En ella, 0 es el punto en que se hiela el agua y equivale a los 32 grados en la escala de Fahrenheit. Y el punto de ebullición del agua en la escala de Celsius es el 100, equivalente a los 212 grados Fahrenheit.