Absceso, Acné, Actitud o Postura, Adenoides

Absceso

Los abscesos de la piel, aparecen generalmente enrojecidos, calientes, hinchados y dolorosos. Las compresas calientes se pueden utilizar para ayudar a que el absceso se abra y drene.

Acumulación limitada de pus en cualquier parte del organismo. Los abscesos se dan con mayor frecuencia en la piel. Pueden formarse también alrededor del apéndice, como una complicación de la apendicitis. Quizás los tipos más comunes de abscesos son los granos y furúnculos.
El absceso se produce cuando un tejido del organismo es infectado por bacterias. A consecuencia de ello, los vasos sanguíneos se dilatan, hinchándose la zona infectada.
La mayoría de los abscesos se abren y vacían de forma natural o tras la aplicación de compresas calientes. Algunos tienen que ser abiertos por el médico. Otros se curan y no necesitan abrirse. No hay que comprimirlos, porque las bacterias pueden entrar en el torrente sanguíneo y provocar la infección en otro lugar.
Si se mantiene limpio el cuerpo, se previenen algunas infecciones que podrían producir abscesos. Los antibióticos curan las infecciones pero deben utilizarse según las instrucciones del médico.

Acné

Es una afección en la cual las glándulas sebáceas (de grasa) se hacen más activas y se inflaman, provocando la salida de granos en la piel. En la acné grave se llega a abscesos qué pueden dejar cicatrices.
La acné se desarrolla sobre todo en la cara, pero puede aparecer también en el pecho y la espalda. Puede ocurrir en cualquier edad pero es más frecuente en la adolescencia, ya que se cree que durante ella, las hormonas producidas por las glándulas suprarrenales aumentan la actividad de las glándulas sebáceas. Se ignora por qué algunos niños tienen acné y otros no.
La acné grave y las cicatrices consecuentes
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pueden reducirse si el niño cuida su piel y observa una dieta, siguiendo las normas siguientes:
■ La piel afectada debe limpiarse con agua caliente y jabón por lo menos tres o cuatro veces al día. Esta limpieza previene que las aberturas o poros de las glándulas sebáceas se obstruyan.
■ El niño no debe exprimir ni reventar los granos.
■ No debería tomar ningún medicamento si no se lo ha aconsejado el médico. Se deben evitar por ejemplo, los yoduros y bromuros.
■ Debe mantener limpio su pelo.
Una dieta regulada es también importante. No debería tomar comidas grasas, nueces, mariscos, bebidas con cola, chocolate, pasteles, tartas, bombones, helados o galletas muy dulces. La leche debería mantenerse a un mínimo, siendo preferible la desnatada.
Hay que animar al niño a seguir las instrucciones de su médico. Este puede aconsejarle antibióticos, lociones astringentes, vitaminas, cirugía especial o exposición a la luz del sol o a los rayos ultravioletas. Un ambiente feliz, el ejercicio adecuado y reposo suficiente son también muy importantes.
Muchos jóvenes se preocupan excesivamente de los trastornos de la piel y se descorazonan durante el tiempo que dura el proceso. Se les puede animar señalando que la acné es un proceso normal, aunque molesto, del crecimiento.
Véase también Absceso; Cabello, cuidado del; Glándulas endocrinas; Nutrición; Vitaminas

Actitud o postura

Es la posición del cuerpo del niño cuapdo se sienta, se mueve o permanece de pie. Una actitud correcta es importante para tener buena salud y una presencia física agradable.
Cuando un niño se halla de pie, con la cabeza alta, mantiene una actitud o postura correcta si la cabeza se halla equilibrada respecto a los hombros, abomba el pecho, encoge el abdomen y dirige los hombros hacia atrás.
Si mantiene una posición incorrecta, ocurre todo lo contrario, inclina la cabeza hacia delante, encoge los hombros, la espalda queda incurvada y el abdomen sobresale.
Cuando el niño está sentado, si apoya las caderas en el respaldo de la silla y los pies en el suelo, mantiene una posición conveniente para su salud. El peso queda equilibrado y sostenido por los músculos de las piernas. Cuando se inclina para escribir, lo hace flexionando las caderas en lugar de doblar la espalda.
Si levanta pesos y se halla en la posición apropiada, actúan los músculos de las piernas, en lugar de los de la espalda. Para recoger un objeto, se acerca a él, dobla las rodillas y coge el objeto sin flexionar la espalda.
Las posiciones inadecuadas causan desviaciones de la columna vertebral, hombros caídos y dolores de espalda. Los órganos de la cavidad torácica quedan comprimidos e impiden un funcionamiento eficiente de los pulmones. El diafragma, el hígado, el estómago y otros órganos contenidos en el abdomen, salen del lugar que les corresponde y el estómago y vientre se abomban. El peso del cuerpo no está distribuido normalmente y fuerza los músculos de las piernas. Levantar objetos pesados en mala postura fuerza perjudicialmente los músculos de la espalda.
Molestar continuamente a los niños con advertencias sobre la postura (“¡Ponte derecho!”, “¡No inclines los hombros!”) no contribuye a que adopten la posición ideal. Cuando se suma el doble problema de malas posturas y unos padres quisquillosos, generalmente el defecto empeora. El niño se sentirá más predispuesto a escuchar al médico y tomar parte en grupos organizados para este propósito que a escuchar los consejos de sus padres. El ir en bicicleta, el andar, el jugar a baloncesto y otros deportes, son sistemas ideales para mejorar la postura de un niño.
Véase también Escoliosis

Una mala actitud o postura al sentarse puede causar anomalías en la espalda, hombros caídos, desviación de la columna vertebral, músculos forzados e interferir el funcionamiento normal de algunas partes del organismo.
Una actitud correcta es la del niño que se apoya totalmente en el respaldo de la silla adaptando a ésta su columna, con los pies bien apoyados en el suelo.
La fotografía de la izquierda muestra una niña adoptando una actitud del todo incorrecta. La posición adecuada (a la derecha) equilibra la cabeza sobre los hombros, abomba el pecho y no deja sobresalir excesivamente el abdomen.

Adenoides

Las adenoides están en la parte posterior de la garganta, detrás de la cavidad nasal.

Son nidos de tejido linfoide que crecen en la parte posterior de la garganta, detrás de la cavidad nasal. Unas adenoides sanas ayudan a prevenir o curar las infecciones.
Si las adenoides se inflaman (generalmente por infección) pueden llegar a bloquear el orificio posterior de la nariz y obligar al niño a respirar por la boca. También pueden obstruir la abertura de la trompa de Eustaquio (comunicación que llega al oído medio), lo que provocaría la infección del oído o trastornos en la audición. Si un niño tiene infecciones frecuentes de nariz y garganta, las adenoides se pueden infectar y provocar fiebre, precisando a veces la extirpación quirúrgica porque obstruyen la respiración nasal, la trompa de Eustaquio, provocan infecciones recidivantes nasales o del oído, o disminución de la audición. De todas formas los médicos pueden tratar con éxito estos trastornos, a base de medicación que reduzca los tejidos y combata la infección.
Véase también Amigdalitis; Anestésicos; Oído, dolores de

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