Un ratón recién nacido pesa un poco más que una pluma. Sus ojos están cerrados y su cuerpo no tiene pelo.
Los ojos de una joven nutria de río también están cerrados. Pero un espeso abrigo de pelaje cubre su cuerpo.
Oso y cervatillo Ei cervatillo recién nacido permanece quieto y en silencio para que el oso no le vea. |
Los ojos del cervatillo están abiertos. Su madre lo ha escondido entre las matas hasta que pueda andar. Las manchas de su cuerpo hacen que se confunda con las matas. El cervatillo no despide olor. Un oso puede pasar a su lado y no ver ni oler al cervatillo.
A los diez días de nacer, el cuerpo del ratón se cubre de pelo. Sus ojos están abiertos y puede correr. Está casi completamente desarrollado.
El cervatillo ya puede andar y sigue a su madre.
Al cabo de un mes, la pequeña nutria abre los ojos. El ratón ya está completamente desarrollado. Incluso ha tenido hijos.
A los seis meses, las manchas del cervatillo han desaparecido. Un oso puede verle y olerle. Pero el ciervo puede correr velozmente con sus fuertes patas.
La nutria se ha convertido en campeona de natación. Le encanta zambullirse, salpicar y jugar con el agua. Una y otra vez se desliza por el vado fangoso hacia el río.
Al cabo de un año, el cervatillo y la nutria son ya casi adultos. Pero la vida del ratón está ya acabando. Cada cachorro de mamífero crece a su manera y a su propio ritmo.
La pequeña nutria es todavía desvalida. Sus ojos están aún cerrados.
Nutrias de río |
La madre y los cachorros salen del baño.