Una y una, dos.
Dos y una, seis.
El pobre burrito contaba al revés.
- ¡No se lo sabe!
- Sí me lo sé.
- ¡Usted nunca estudia! Dígame por qué.
—Cuando voy a casa no puedo estudiar; mi amo es muy pobre, hay que trabajar.
Trabajo en la noria todo el santo día.
¡No me llame burro, profesora mía!
Gloria Fuertes
Este poema es precioso
¡No puedo creerlo! Mientras lo leía, me di cuenta que me lo sabía. ¡Qué hermosas épocas de mi niñez junto a esta enciclopedia! Hoy día tengo 38 años. Me dieron ganas de llorar.